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Hay tres clases de personas según su forma de ver porno. ¿Cuál eres tú?

Hay tres clases de personas según su forma de ver porno. ¿Cuál eres tú?

Según un estudio publicado por el ‘Journal of Sexual Medicine’, los hábitos pornográficos de cada persona revelan bastante acerca de su personalidad. Hay tres tipos de usuarios: el recreativo, el compulsivo y el angustiado.
Cada época tiene el porno que se merece. Si eres de los que lo ven asiduamente, lo más probable es que lo hagas con películas cortas, directas y ‘penetrantes’ a través de internet. La realidad es que ahora, con el porno a nuestro alcance en un solo ‘click’, cada vez se consume más: 4,6 mil millones de horas triple x en un año en la web PornHub, uno de los portales de contenidos eróticos más importantes; es decir, 12,5 vídeos por cada persona en el mundo. Pero la ciencia revela que no todos los consumidores de lujuria virtual son iguales.
Las consecuencias del omnipresente porno son tan poco claras como las de la colonización de Facebook de nuestro tiempo libre. La pornografía no está ni mucho menos herméticamente aislada del resto de la cultura y hoy en día se enmarca junto con el resto de dudas tecnológicas que no sabemos cómo abordar. La investigación sobre hábitos sexuales poco a poco deja de estar estigmatizada y los académicos por fin comienzan a plantearse las preguntas fundamentales sobre el onanismo y todo el cosmos a su alrededor, incluido el porno.
Según un estudio publicado por el ‘Journal of Sexual Medicine’, los hábitos pornográficos de cada persona revelan bastante acerca de su personalidad. Hay tres tipos de usuarios: el recreativo, el compulsivo y el angustiado.

¿Cuánto porno ves a la semana?

Con el fin de paliar esa falta de información sobre los efectos del porno, el equipo de Marie-Pier Vaillancourt-Morel, en la Universidad Laval en Quebec, encuestó a 830 participantes de universidades y redes sociales. La muestra era la siguiente: más del 70% eran mujeres, la edad media era de 25 años y el 80% era heterosexual. En cuanto a las relaciones, los porcentajes estaban más equilibrados: el 35% estaba casado o vivía con alguien, la misma cantidad era soltero y el 29% mantenía una relación de noviazgo.
Los encuestados respondieron preguntas de sí o no sobre su satisfacción, tendencia a evitar encuentros sexuales, sus problemas en la cama y hábitos respecto al porno. Por ejemplo, cuán compulsivo era su uso (“Creo que soy un adicto a la pornografía”), si es difícil o no acceder al porno (“A veces reorganizo mi horario para estar solo y poder verlo tranquilo, sin que me molesten”) y su nivel de angustia emocional (“Después, me siento avergonzado”).
Tras el análisis, los participantes fueron agrupados según los distintos patrones. El 75% entró en el grupo recreativo, con puntuaciones bajas en factores del uso del porno y un promedio de 24 minutos de visualización por semana. Este grupo está compuesto en gran parte por mujeres y personas en relaciones.
El perfil del angustiado encajó en un 12,7% de los encuestados, que tenían bajos niveles de intensidad pero sí muchos problemas emocionales. Lo ven una media de 17 minutos semanales.
Por último, el perfil del compulsivo corresponde al 11,8% de los participantes. En este caso, consumen una media de 110 minutos de porno a la semana.

Para la mayoría, sin consecuencias negativas

En una entrevista con ‘PsyPost’, Vaillancourt-Morel ha asegurado que del estudio se concluye que los usuarios de pornografía son “una población heterogénea en la que distintos subgrupos experimentan resultados muy diferentes”. El porno crea problemas a dos tipos de personas, pero para la mayoría, no tiene consecuencias negativas.
Ahora, señala la directora del estudio, la prioridad es replicar los hallazgos con grandes muestras representativas de la población, así como aumentar el espectro de preguntas. Se podría, por ejemplo, consultar sobre las preferencias de contenido, si lo ven solos o acompañados, si los hábitos son aceptados por la pareja, etc. En este caso, serviría para profundizar en la comprensión de sus emociones como, por ejemplo, si produce angustia porque a la pareja no le hace gracia.
¿En qué categoría estarías tú? Puedes hacer la encuesta aquí.

Usuarios recreativos

  • Alta satisfacción sexual
  • Bajo promedio de compulsividad y evasión del sexo
  • Una media de 24 minutos por semana
  • En su mayoría, mujeres y personas en una relación

Usuarios compulsivos

  • Baja satisfacción sexual
  • Alto promedio de compulsividad y evasión del sexo
  • Una media de 110 minutos por semana

Usuarios angustiados

  • Baja satisfacción sexual
  • Bajo promedio de compulsividad
  • Alta disfunción sexual y evasión del sexo
  • Una media de 17 minutos por semana

Fuente: El Confidencial

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