Jugar Animalitos la nueva moda en el año 1958
Jugar Animalitos la nueva moda en el año 1958
Para el año 1958, irrumpe en el escenario de los juegos de azar una lotería que tenía pocos tickets, solamente participaban en el sorteo los números del 1 al 31 pero además tenía asignado a cada numero la figura de un animal, esa lotería se llamó muy cariñosamente “LA LOTERÍA DE LOS ANIMALITOS”
Este juego se expandió rápidamente y calo de tal manera en la preferencia del Venezolano que la hicieron su favorita durante un buen tiempo, aproximadamente desde el 1958 hasta el 1968. Aparte que el motivo principal de jugar era el de ganarse un premio, esta lotería se convirtió en un elemento de entretenimiento, de aupar las conversaciones entre vecinos, entre amigos, entre los paisanos que empezaron a utilizar el mismo lenguaje, copiado de las características del juego por supuesto. Se hablaba de los animalitos en la calle, en los carritos, en reuniones, en el estadio, etc.
Cada quien le quería contar al prójimo lo que soñó la noche anterior, de cómo fue el día en que una paloma se posó en la cerca de su casa, la vio, la jugo y gano; la que logro ver la imagen del animal en una comiquita del periódico y lo jugo; que pasaron tres carros seguidos con el mismo terminal numérico de placa y eso era una señal para jugar ese número; de cómo cambio a última hora de jugar el animalito sin saber por qué y en el sorteo lo castigo cachon; el que se jugaba fijo el terminal del número de su cédula; jugar la fecha del nacimiento del hijo era muy común; "hoy tiran la fecha", se escuchaba mucho; "el toro esta bueno pa hoy"; la que quemaba periódico en un plato de peltre y luego le daba vueltas al plato buscando la figura formada por las cenizas, trataba de ver algo parecido a un animal y luego para complemento buscaba la opinión de la familia o del vecino y después jugaba a ese animalito . En fin, una cantidad de relatos relacionados con el juego. Tantos relatos como jugadores habían.
Personas en moto, en bicicleta, a pie, adultos, jóvenes, mujeres y hombres salían todos los días a recorrer las calles llevando los tickets de los animalitos a sus “clientes fijos” en sus casas y a todos aquellos en el sector que eran jugadores esporádicos. Estas personas eran llamados “loteros” o “animaleros” y tenían dos maneras de hacer las ventas de los tickets.
Una de ellas, era buscar una hoja en blanco o de cuaderno, hacer un trazado de líneas y escribían allí el número y el nombre del animal, luego dejaban un espacio en blanco para colocar el nombre del comprador y algunos le colocaban en la parte superior del papel, con grapas, el billete de cinco bolívares para que el comprador supiera que el premio estaba seguro.
La otra manera era con los tickets propiamente. El vendedor recibía la hoja impresa con los 31 animalitos, los cortaba uno a uno, los agrupaba y salía a su venta de forma individual o los cortaba en “tiras o serie”, cada tira o serie tenía cinco tickets y se le decía tira por la forma alargada que presentaban los cinco tickets uno a continuación del otro.
A los tickets le podías variar el precio de acuerdo al vendedor y a los compradores, por ejemplo, cuando un ticket valía 0,25 céntimos (un medio), la tira o serie valía 1,25 bolívares y el premio eran 5 bolívares; cuando el ticket valía 1 bolívar, la tira o serie valía 5 bolívares y el premio eran 25 bolívares.
Después de realizada la compra-venta empezaba a crearse la expectativa y la angustia por esperar hasta las 6 de la tarde el sorteo y que los jugadores se enteraban a través de la Radio.
Los que tuvieron la oportunidad de ver un sorteo, comentaron que el sorteo lo hacían en las Plaza Bolívar y colocaban un globo metálico y allí metían las pelotitas, uno a la vez, que tenían los números y el animalito pintado, todo esto se hacía en presencia del público que se acercaba todas la tardes a ver el sorteo y después de varias vueltas sacaban el animalito ganador y a través de la radio lo anunciaban a los escuchas. Este juego contaba con el patrocinio del Concejo Municipal.
Todavía hoy en día se mencionan los animalitos cuando se está jugando al Bingo en familia y sale de la “tapara” algún número que corresponda a los animalitos, en vez de “cantar” el número se dice el nombre del animalito y ya los jugadores saben a cuál número se refieren. Había vendedores de agencia y la agencia era responsable de cancelar el premio al ganador y el vendedor obtenía un porcentaje por las ventas, pero muchos “animaleros” empezaron a mandar a imprimir sus listas de animalitos para no tener que depender de ninguna agencia y ser así una especie de vendedor independiente. Así la ganancia obtenida por las ventas era un poco mayor.
Muchas anécdotas se escucharon en el día a día durante el apogeo de la lotería de los animalitos, personas que perdieron sumas importantes de dinero por el juego; otra que se comentaba en el barrio era “fíjate a la vieja Juana no tiene pa comer y juega animalitos todos los días”; y algo que salió a modo de chiste fue que un día le llega una señora a su vecina en Tierra Negra y le dice:
-"ay vecina, usted no sabe que ayer me saque una muela"; y enseguida la señora Lucia le dijo:
-"¿Con que número? ¿Con que número?" ...tal era el “vicio” de esta señora que en todo quería ver una relación con la lotería.
Otros jugadores apartaban con su vendedor de confianza los números para el día siguiente: “si hoy no sale el alacrán mañana me traéis la tira completa”
No se sabe quién fue el creador o de cómo se empezó a jugar esta lotería en Venezuela, pero existe una reseña histórica que menciona que en los años 50, en El Tigre, Estado Anzoátegui, el padre Romero Mata, quien fue Párroco de la iglesia Virgen del Valle construyo la iglesia con los ingresos que le proporciono la venta de los billetes de esa popular lotería. El sorteo se realizaba en Aragua de Barcelona y llegaba la información a El Tigre mediante un telegrama que le enviaban todas las tardes después del sorteo.
En el estado Trujillo ocurrió un hecho muy parecido, la lotería de los animalitos fue impulsada por el padre José Humberto Contreras para recabar fondos para la iglesia.
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